En 1950, la crisis de la posguerra empujó a muchos italianos a emigrar a otros países. Entre ellos dos jóvenes: Aldo, de 21 años y Guido, de 19 años, que llegarón a la Argentina con una valija llena de ilusiones y expectativas como así también grandes deseos de progresar.
          Enseguida comenzaron trabajando en el “taller Venturini” (antiguo fabricante de repuestos para máquinas de coser), pero su voluntad de superación hizo que se independizarán.
          En 1953 instalaron el taller en un galponcito en los fondos de la casa de un tío, en Villa Ballester. En los inicios, realizaban trabajos a pedido de acuerdo a la necesidad de cada cliente.
          Años más tarde construyeron su primer taller en José León Suárez. Empezaron entonces a producir mayor variedad de repuestos.
          Ante el aumento de la demanda se comenzó a fabricar en serie, se renovaron las máquinas y en 1964 Liberali Hnos. comenzó a desarrollar la actividad en un nuevo espacio en Villa Ballester, donde actualmente la fabrica sigue funcionando, contando con el apoyo de sus esposas en la parte administrativa.
          En todos estos años atravesaron muchas crisis: la política de Martínez de Hoz afectó gravemente nuestra industria, pero gracias a la perseverancia de estos dos italianos, como así también a la calidad de productos que ofrecían, salieron adelante.
          En la década del 80 y del 90 se fueron integrando los hijos a esta empresa familiar: Claudio, Hugo, Alejandro y Mariano en el área de producción; y Marisa y Laura en el área administrativa. Las nuevas generaciones aportaron dinamismo y nuevos aires a la empresa. Se amplio la variedad de repuestos y aumento la producción.
          El objetivo fue siempre alcanzar una alta calidad: logrando así gozar de prestigio y buen nombre entre sus clientes.
          Entre los años 1996 y 1998 empezaron a exportar sus productos a Brasil, Uruguay y Bolivia.
          En el año 2000 una nueva crisis afectó a todas las industrias debido a la importación desmedida. Fue en esa instancia que Liberali Hnos. paso una prueba de fuego: debieron reducir al personal y la producción al 50 %. Pero gracias al empuje de la familia y al apoyo valioso de la clientela que siguió confiando en ellos se logro superar el escollo.